La caja misteriosa

 La curiosidad es un fabuloso aliado del aprendizaje. Es por eso que no debemos dárselo todo hecho a los niños. Podemos ocultar objetos para que ellos mismos los  descubran. 

En primer lugar elaboraremos nuestra caja. Solo tenemos que recortar un trozo de cartón por donde el niño introducirá la mano y cubrirlo con un trozo de goma eva con unos cortes en cruz.


En mi caso he utilizado una caja de juguete con una de las caras transparente de modo que situados en frente de un espejo el niño puede ver lo que hay en su interior en la imagen reflejada en el espejo.
He introducido diversos animales  de juguete. Al sacarlos de la caja le preguntamos qué animal es y que sonido emite.

Podemos introducir como variantes distintos objetos de campos semánticos diferentes como alimentos, texturas, colores, etc en función del objetivo que pretendamos conseguir.