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- Alteraciones en el sueño.

Para llevar una vida saludable parte por tener un buen descanso. Consideramos que es casi tan importante como una buena alimentación. Nuestro cuerpo necesita un buen descanso para sentirse bien durante la actividad del día.

Existe dos aspectos que influyen en el descanso : La cantidad y calidad del sueño.



De 6 a 12 meses. Los niños a esta edad duermen unas 14 horas aproximadamente, incluida las siestas.

La cantidad de siestas y su duración son variables en función del niño. Durante el sueño nocturno suelen despertarse para comer.

Los niños de entre 1 a 3 años de edad necesitan dormir de 12 a 14 horas en cada período de 24 horas, incluidas las siestas. Las siestas diurnas ya no son tan frecuentes.


Y ¿Cómo mejorar la calidad del sueño?

A continuación describo una serie de pautas que pueden ayudar a mejorar la higiene del sueño:

Desde pequeño el niño debe dormir solo sin la compañía de los padres, en su cuna o en su propia cama, ya que es muy difícil cambiar las costumbres una vez aprendidas.

Se debe procurar establecer una asociación clara del lugar de descanso con el tiempo dedicado para dormir. Es decir, la acama o la cuna debe ser un lugar que use el niño exclusivamente para dormir y no para jugar. Evitaremos la presencia de juguetes salvo un peluche o muñeco de trapo que le pueda acompañar durante el sueño. Desaconsejamos el uso de tecnologías como televisión o tablets durante este periodo de tiempo.

Es importante establecer rutinas de sueño adaptadas a las necesidades del niño. Una rutina podría ser: lavarse los dientes, beber un poco de agua, mirar un cuento en la cama y apagar la luz.

Podemos recurrir a técnicas de relajación momentos previos de irse a la cama como un baño relajante, o masajes con aceite, reproducir música instrumental suave, tranquila, como Chill Out.

Toca sobre la imagen para escuchar el segundo movimiento del Concierto de Aranjuez interpretado por Joaquín Rodrigo.


Asegurarnos que durante el día el niño realice una actividad física para que siente cansancio a la hora de dormir.

Si percibimos que el niño pudiera tener miedo a la oscuridad podemos dejar la luz del pasillo encendida, o bien una luz tenue.

Debes evitar:

Los juegos suelen excitar a los niños. Hay que evitarlos en las horas previas a acostarse. 

La alimentación puede influir en el sueño. Debemos evitar alimentos excitantes ricos en azucares como el chocolate.

No llevar una vida muy sedentaria.

Ciertas actividades como el uso inadecuado de tecnologías como móviles, tablets videoconsolas pueden provocar condiciones estimulares sobrecargadas y por consiguiente la sobre excitación del niño.

Si el niño llora por rutina al ir a la cama, es preferible acompañarles en una silla junto a su cama a llevarles a la cama de los padres. El tiempo que permaneceremos junto a él se irá reduciendo progresivamente. No conviene mantener este hábito ya que creará dependencia de la presencia de los padres. Se desaconseja acostumbrar al niño a dormirse en brazos de los padres, así como dejar que coja el sueño en el sofá para posteriormente llevarle en brazos a su cama. El objetivo es que el niño aprenda a dormir solo.

Si el niño se levanta de su cama para ir a la de los padres habrá que llevarle de nuevo a su habitación y quedarse un rato con él para que no lo repita.

No perder la calma. Es fundamental, ante berrinches, lloros y pataletas, mantener una actitud serena y tranquila.

Poco a poco el niño irá cogiendo la rutina y estableceremos de esta forma correctos hábitos de descanso.

Si a pesar de todos nuestros esfuerzos el niño el niño no descansa correctamente consulta a su pediatra.