--Proceso de diagnóstico del Trastorno del Espectro del Autismo

 

PRIMERAS MANIFESTACIONES DEL AUTISMO EN NIÑOS PEQUEÑOS: ¿DEBO PREOCUPARME?

 El autismo es un trastorno del desarrollo de origen neurobiológico que se manifiesta en la primera infancia mediante graves alteraciones en la relación social, la comunicación, el lenguaje y la presencia de conductas repetitivas y/o intereses restringidos.

 

Estas alteraciones persisten a lo largo de la vida, aunque la mayoría de las personas con autismo muestran una evolución favorable con una intervención educativa adecuada.

 

Existen importantes diferencias entre las manifestaciones que pueden observarse en las personas afectadas de autismo. Esta variabilidad se debe a razones como la asociación con otros síndromes, el grado de afectación y el nivel intelectual.

 

 

Principales indicadores tempranos de la presencia de un Trastorno del Espectro de Autismo.



INDICADORES PARA LA DETECCIÓN TEMPRANA

 

SOCIALIZACIÓN Y COMUNICACIÓN




 

1.      Casi nunca atiende cuando se le llama. A veces pareces sordo.

2.      No señala para mostrar o compartir su interés.

3.      No ha desarrollado el lenguaje oral, o lo ha perdido.

4.      Tiene lenguaje, pero lo usa de manera peculiar, o es muy repetitivo.

5.      Se ríe o llora sin motivo aparente.

6.      No reacciona casi nunca ante lo que ocurre a su alrededor.

7.      Parece no interesarse por los demás.

8.      Apenas mira a la cara, sonriendo a la vez.

9.      Generalmente no se relaciona con los otros niños, no les imita.

10.    No suele mirar hacia donde se le señala.


 

 

JUEGO Y EXPLORACIÓN DEL ENTORNO




 

1.      Es muy sensible a ciertas texturas, sonidos, olores o sabores.

2.      Tiene movimientos extraños, repetitivos.

3.      Presenta rabietas o resistencia ante cambios.

4.      Tiene apego inusual a algunos objetos o a estímulos visuales concretos.

5.      Usa los juguetes de manera peculiar(girarlos, alinearlos, tirarlos...)

6.      Apenas realiza juego social, simbólico o imaginativo("hacer como si...")

7.      Sus juegos suelen ser repetitivos.

 

 

 

 

Fuente: Mesa de detección precoz y atención temprana. AETAPI. (Asociación de profesionales del autismo).

 

 

Si su hijo/a ronda los 18 meses de edad y ha percibido varias de estas características en él/ella es necesario que consulte a los profesionales adecuados para valorar y descartar la presencia de un TEA.A continuación se indican los pasos a seguir en caso de que varios de estos indicadores tempranos sean aplicables a su hijo/a.

 

.¿QUÉ HACER PARA OBTENER UN DIAGNÓSTICO?

La familia suele ser la primera en sospechar que hay un problema, sin embargo se tarda más de un año en obtener un primer diagnóstico. La falta de información sobre el trastorno y la descoordinación entre entidades y profesionales implicados genera confusión y ansiedad en los familiares. Las líneas que siguen tratan de agilizar este difícil proceso.

 

Si un familiar cree haber detectado en un niño o niña de corta edad varios de los indicadores de riesgo señalados, es conveniente consultar con los educadores del centro (si está escolarizado) las manifestaciones o cambios comportamentales observados. De este modo obtenemos información sobre el comportamiento del niño en diferentes contextos, ya que éste puede variar en función del entorno o de las personas presentes. Si se confirman las sospechas es conveniente dirigirse al pediatra. Éste derivará al niño a otros profesionales para realizar las exploraciones necesarias hasta llegar a un diagnóstico preciso.

 

Los especialistas a los que se suele derivar el pediatra son:

 

-   Otorrinolaringólogo: El pediatra deriva a este profesional ya que una de las primeras preocupaciones de los familiares es que el niño/a no atiende cuando se le llama o parece sordo. Este especialista descarta posibles deficiencias auditivas que puedan estar interfiriendo en el desarrollo comunicativo y del lenguaje del niño. Las pruebas suelen incluir exploraciones auditivas y en niños pequeños pruebas de potenciales evocados.

 

-   Neurólogo: evalúa el funcionamiento del cerebro y sus consecuencias en la conducta con el objetivo de descartar posibles alteraciones estructurales y funcionales del sistema nervioso y, en la medida de lo posible, establecer un diagnóstico médico. Las pruebas incluyen: electroencefalograma (EEG), que puede ser realizado en fase de vigilia o de sueño, Resonancia Magnética y un cariotipo para detectar la presencia de alteraciones cromosómicas que indiquen la presencia de algún tipo de síndrome.

 

El autismo carece de marcadores biológicos para su diagnóstico, es decir, no existe ninguna prueba médica que lo confirme. Tampoco presentan alteraciones en la estructura del cerebro visibles en pruebas de neuroimagen, por lo que es bastante usual que en estas pruebas los resultados sean completamente normales en casos de niños/as con autismo.

 

-   Psiquiatra infantil: Cuando todas las pruebas médicas tienen resultados normales y el neurólogo no ha establecido el diagnóstico, éste puede derivar al psiquiatra infantil para que lo efectúe.

 

El diagnóstico temprano de los trastornos del espectro autista (TEA) es muy difícil de establecer (pero no imposible) en niños menores de 2 años, edad en que generalmente los padres solicitan la primera consulta. De hecho, la edad promedio en la que se establece un diagnóstico definitivo es de cuatro años y cuatro meses, bastante más tarde de la edad en la que comienzan a observarse los síntomas.

Con todo, la identificación temprana del niño/a con TEA es de vital importancia ya que facilita la planificación educativa y la intervención en el menor y ayuda a la familia a rebajar los niveles de ansiedad y de desconcierto experimentados en la trayectoria seguida hasta establecer un diagnóstico.

 

¿Qué hacer si recibimos un diagnóstico de autismo desde el ámbito médico?

Si el niño/a está escolarizado, será a través del centro educativo donde se solicite la intervención del Equipo de Atención Temprana de su zona, donde se valoran las necesidades educativas y de intervención y se asesora a la familia.

 

Si el niño aún no está escolarizado pero la familia piensa hacerlo, también es necesaria la intervención del Equipo de Atención Temprana para determinar el centro educativo más adecuado para el niño/a, las necesidades educativas planteadas, las adaptaciones pertinentes y los apoyos necesarios.

 

Si quieres conocer la dirección del Equipo de Atención Temprana del Ministerio de Educación y Formación Profesional en Melilla: situada en C. Valero, Comisario, 11, 52002 Melilla y teléfono 952 67 57 76.

 

El centro escolar, ante cualquier sospecha, puede contactar con el Equipo de Atención Temprana de la zona bajo la autorización de los padres o tutores, el cual puede llevar a cabo la valoración psicopedagógica del niño/a y asesorar al centro sobre sus necesidades educativas. Es necesario llamar con antelación para pedir cita.

 

 

Si el niño/a no está escolarizado/a, los padres pueden contactar directamente con el Equipo de Atención Temprana que será el encargado de la evaluación, el a las familia.

 

Y SI QUIERO UNASEGUNDA OPINIÓN,

¿DÓNDE DEBO DIRIGIRME?

 

En ocasiones el diagnóstico obtenido no es satisfactorio o se quiere contrastar con una segunda opinión. Para ello existen consultas a nivel privado o servicios diagnósticos dependientes de las Asociaciones.

 

Si quieres saber qué centros de diagnóstico privados existen en la Ciudad Autónoma de Melilla pulse aquí.