La
estereotipia se define como un movimiento involuntario, coordinado, sin un propósito o finalidad concreta (salvo la de autorregulación),
rítmico y que se realiza de una forma idéntica en cada repetición. Dos
características básicas para su identificación son que puede suprimirse
con la distracción del niño y que no impide la realización de una
actividad motora. Suelen darse en ambientes con sobrecargas de estímulos y/o sobrecarga emocional. Se suelen utilizar para la autorregulación emocional.
Las estereotipias se deben dividir en primarias (o fisiológicas) y secundarias (o patológicas).
Se definen como estereotipias primarias aquellas que ocurren en niños con un desarrollo psicomotor normal.
Por estereotipias secundarias se
entienden aquellas que se producen en personas con algún trastorno del neurodesarrollo.
En general, no existen movimientos específicos que puedan distinguir las estereotipias primarias y secundarias. No obstante, algunos tipos de estereotipias secundarias presentan un patrón muy característico . La estereotipia de "lavarse las manos" o "hacer calceta" de las niñas con síndrome de Rett. Por el contrario, otras estereotipias como el aleteo de manos, son inespecíficas dado que con frecuencia se observan en el niño sano como un patrón de estereotipia primaria.
Las estereotipias primarias pueden ser transitorias o crónicas. Los lactantes presentan un repertorio de estereotipias transitorias que tiende a disminuir a partir de los 6 meses de vida, coincidiendo con el perfeccionamiento de la manipulación y, especialmente, con el desplazamiento autónomo y el inicio de la marcha.
Muthugovindan y Singer clasifican las estereotipias primarias en comunes y complejas. Estos autores separan de esta clasificación las estereotipias tipo nodding head o los movimientos cefálicos (en afirmación, negación o tipo infinito). En concreto, el nodding head suele aparecer más precozmente que las estereotipias motoras complejas y desaparece de forma espontánea en un mayor número de casos.
Se definen como estereotipias comunes aquellas que afectan a una proporción elevada de la población infantil (incidencia estimada del 22-72%) y que persisten con frecuencia en la adolescencia y edad adulta. Las estereotipias comunes más frecuentes en lactantes y preescolares son chuparse el dedo y balancear el tronco o body rocking. En niños de edad escolar es frecuente morderse las uñas, enroscarse el pelo, balancear el tronco y golpear o repiquetear con los dedos de las manos y los pies. Es frecuente la transición de unas estereotipias comunes a otras con la edad en un mismo niño.
Las estereotipias motoras complejas son movimientos coordinados que afectan principalmente a las extremidades superiores, cuya semiología es similar a la descrita en niños con trastornos del espectro autista.
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