Es un juego muy divertido que se usa cuando el niño no atiende a su nombre de manera consistente.
La dinámica es sencilla. Se sienta al niño en una silla giratoria que vamos girando y cuando se ponga cara a cara con nosotros la detenemos y decimos su nombre. Se debe hacer despacio para no provocar la caída.
Se pueden introducir variantes como señalarle con el dedo índice cuando se pronuncia su nombre.