Con esta actividad podemos saber si el niño es capaz de discriminar colores. La elaboración del material es muy sencilla.
La actividad consiste en guardar los objetos atendiendo al color e ir emparejando el objeto con su casilla.
Podemos dejar cerradas aquellas casillas de colores en las que no queramos trabajar y retirar las piezas de ese color.
Al principio es conveniente comenzar con dos colores bien distintos, y una vez conseguida la discriminación y el dominio de dichos colores, podemos ir introduciendo otros.
También hay que tener en cuenta los objetos a clasificar. En las primeras actividades deben ser objetos iguales que solo se diferencien por el color. A medida que avancemos, iremos introduciendo otros objetos diferentes donde el niño discrimine su color y lo clasifique.